martes, 10 de junio de 2008

A VUELTAS CON UN LITERATI

Cuando Alfredo Norte vio por vez primera este acebuche, una sola palabra salio de su boca:- Precioso

Lo cierto es que ahora, viendo las fotos que le tome, es cuando realmente acierto a ver lo que el vio desde el primer momento.



La luz que desprende.Y no lo digo por ese rayo de Sol que furtivo intenta resguardarse bajo su ápice, sino por todo lo que hace que un árbol despierte nuestro interés, y nos haga detenernos a contemplarlo, y que este acebuche tiene oculto entre sus desmadradas ramas.

Su base, su corteza, su movimiento, sus proporciones, la huella de los elementos en su tronco, y el resurgir de su verde negándose con determinación a sucumbir ante el sol, el viento, el hielo o los dientes afilados de las hambrientas cabras, todo él deja entrever lo que puede llegar a ser a poco que le ayudemos con mano firme y delicada a la vez.

He aquí un buen candidato a literati.


El trabajo en este acebuche, comenzó por donde debe comenzar todo trabajo en un árbol, en su sustrato.

Un breve instante observándolo, nos mostró varias cosas.

En primer lugar, la falta de una capa de sustrato de grano fino en la superficie, da pie a que una extensa fauna se esconda entre las piedras.

Conviene dotar de una capa de 1 a 1,5 mm la superficie.




Seguidamente, se observa una cantidad de hierbas creciendo a la sombra de este árbol, que si bien en superficie no parece muy extensa, al estirar se comprueba que hay una red de finas raíces extendiéndose por todo el sustrato, que van a debilitar sobremanera a nuestro acebuche, que tendrá que compartir los nutrientes con el intruso.

Hay que proceder a eliminarlas, y sobretodo, en próximos cultivos, detectarlas y eliminarlas en su fase inicial, antes de que se extiendan por todo.



A continuación, se procedió a adecentar el nebari.


Para ello, se cortaron las raíces que crecían demasiado altas, así como las que se cruzaban o crecían de forma irregular, después de comprobar que había otras por debajo que cumplieran su función.







Siguiendo el ascenso por el tronco, encontramos gran cantidad de nuevos brotes salpicando toda la parte viva del tronco.

Esto nos indica que el cultivo a que ha sido sometido este ullastre ha sido el adecuado, y las horas de riego, abonado, sol y cariño, ha dado sus frutos.

Sin embargo, y dado que pretendemos hacer un Literati con este árbol, esas futuras ramas no son necesarias para el diseño.


En otros árboles más jóvenes, esas incipientes nuevas ramas, son útiles para favorecer el engrosamiento del tronco, pero en este caso, no solo no van a lograr ese objetivo, ya que el proceso seria largísimo, sino que de hecho, tampoco deseamos ese engrosamiento, ya que las proporciones del tronco son las adecuadas al diseño previsto.


El dejar crecer esas ramas, lo único que va a producir es una serie de abultamientos que van a afear la línea del tronco, y probablemente van a estropear la hermosa corteza que ahora tiene.


Por todo ello, procedemos a suprimir los brotes.


Mas adelante, se irán eliminando según vayan apareciendo, hasta que llegara un momento, cuando toda la ramificación este formada, en que el propio árbol dejara de emitir esos brotes, porque ya no le serán necesarios.



Algunos brotes pueden quitarse simplemente pellizcándolos con los dedos, pero otros ya han crecido en exceso, y es necesario eliminarlos con la podadora cóncava, para favorecer la cicatrización.








Siguiendo la ascensión, llega el momento de retocar el ápice.Los cortes rectos de una anterior poda, deben ser refinados, siguiendo las líneas de las vetas de la madera, para causar el efecto de que los mismos elementos naturales que han desgastado la madera del tronco y creado el shari natural que tiene, también han creado el jin del ápice.

Para ello utilizamos podadora cóncava, vaciadora y tenazas de jin.Mas adelante, en la fase de refinado que se hará dentro de un tiempo, ya se refinara con gubias o fresas adecuadas.









Llega el momento de definir las ramas principales.

Para ello lo primero es realizar un primer aclarado, eliminando ramas que estamos seguros que no son necesarias para el diseño.

Eso nos va a permitir ver mejor el interior, para como se dice vulgarmente, que los árboles no te impidan ver el bosque.



Un primer estudio de las ramas que van a formar el ápice, y que en un Literati es la masa verde principal










Y un estudio detallado de las ramas más bajas y posteriores para crear volúmenes y llenar espacios.










Es el momento de comenzar el alambrado.

Para ello, comenzamos con eliminar las primeras hojas en el nacimiento de la rama, simplemente estirando con mucho cuidado con los dedos.

De esta forma conseguimos fijar mejor el alambre en el comienzo de la rama, lo que va a hacer que luego sea más sencillo hacer que tome la dirección deseada, y al mismo tiempo, favoreceremos que rebrote por ahí, lo que ayudara a formar la ramificación secundaria.

Como muy bien comento Alfredo Norte, no se le da al alambrado la importancia que realmente tiene.

Un mal alambrado, va a hacer que las ramas no tomen la forma o la dirección deseada, por no hablar de que podemos incluso llegar a perder una rama que puede ser fundamental en el diseño.

Esto que ahora, al principio del modelado, puede parecer superfluo, cuando nuestro árbol este suficientemente evolucionado, va a ser un defecto que nos va a acompañar siempre.

Por ello, no esta de más repasar unos cuantos conceptos básicos, y procurar seguirlos siempre.

En primer lugar, si creemos que no tenemos tiempo suficiente para hacerlo bien, tenemos dos opciones, o lo alambramos en varias sesiones, o lo dejamos para cuando tengamos mas tiempo.

Lo que nunca debemos hacer es hacerlo deprisa para terminar antes.

Bonsái = Paciencia

Usaremos siempre la sección de alambre adecuada a la rama que queremos modelar.

La experiencia nos dirá cual es esta sección ideal para cada rama, pero en principio tendremos en cuenta que el mejor pecar por mas gruesa que por mas fina, ya que si el alambre es muy fino, llegara a cortar la corteza de la rama, cortando la capa de cambium, y estropeando la rama si no matándola.

El alambrado siempre hay que procurar hacerlo por pares de ramas, de forma que cada una sirva como anclaje de la otra.

El ángulo de entrada del alambre debe ser aproximadamente de 45 grados para un correcto doblado posterior de la rama que reduzca el riesgo de rotura, al tiempo que permita modelar la rama a nuestro gusto.


La presión del alambre sobre la rama debe ser la justa.

Para ello lo mejor es con una mano sujetar el alambre junto con la rama, para con la otra mano controlar el alambre con la punta de los dedos, girándolo de forma radial, de manera que este vaya adoptando la forma helicoidal por si mismo.

En el momento en que el alambre toca la rama, invertimos la posición de los dedos que sujetan el alambre, y volvemos a torsionar.

De esta forma, el alambre no presiona la rama, sino que se apoya en ella.






Muy importante también es no pisar las hojas de la rama ni las yemas latentes con el alambre, ya que eso originara que se desprendan las hojas ya hechas, y que se pierdan o malformen las futuras hojas y ramas.









Hay que procurar no dejar puntas de alambre descuidadas de cualquier forma, que si bien no es probable que dañen el árbol, si pueden dañarnos a nosotros.








Sujetar firmemente la rama con la punta de los dedos al comenzar a alambrarla va a permitir que no se quiebre en su nacimiento, que es el punto más frágil.









Os pongo ahora una secuencia de alambrado de un par de ramas para que veáis el procedimiento usado.Seleccionando el par de ramas










Sujetando el nacimiento de la rama













Comienzo de los giros de alambre












Una vez dadas varias vueltas, repetimos la operación con la otra rama que forma el par











Con delicadeza











Siempre sujetando el punto de contacto del alambre con la rama antes de iniciar la siguiente espira











Cuidando de no pisar las hojas ni yemas












Doblando la punta del alambre hacia dentro












Y el resultado. Ya esta listo el par de ramas para su doblado y posicionado posterior.











Una vez terminado el alambrado de todas las ramas que queremos modelar, hay que empezar el doblado de las mismas.Aquí cada maestrillo tiene su librillo.

Los hay que prefieren comenzar por la primera rama, los hay que comienzan por el ápice, …

En este caso, Alfredo comenzó con una rama trasera, que utilizo para llenar el espacio que quedaba bajo lo que después seria el ápice, para dar continuidad al movimiento del tronco.

Esta rama solo la posicionó, sin apenas darle curvatura, ya que lo que se pretende cuando ramifique, es crear una especie de escalonado.




A continuación, comenzó el modelado del ápice, dándole las formas básicas, sin hilar fino.

La idea es posicionar a grosso modo las ramas, de manera que se vaya intuyendo lo que será la masa de verde.

Ya habrá tiempo al final de definir más.













Poco a poco vamos dando el movimiento inicial a todas las ramas que van a formar nuestro ápice.

















Procuraremos seguir el movimiento natural del tronco con las ramas.











Esto va tomando forma. Naturalmente, con el tiempo, cuando tengamos ramificación secundaria y terciaria, se vera mejor, pero la idea esta ahí.









Sobre la marcha, se alambra alguna rama que en principio no teníamos pensado utilizar.

Es mejor en principio no eliminar ramas que aunque no nos parezcan necesarias, no estorben.

Luego pueden ser útiles, y si las cortamos, ya no podremos utilizarlas.






Aun así, es posible que después de decidir utilizarlas, el resultado no nos convenza…

















Y la rama pase a mejor vida después de todo












Poco a poco vamos finalizando el modelado


















Y tras unos retoques finales…











Nuestro ápice toma la forma que habíamos imaginado.

Esto me recuerda un comentario que hizo Alfredo cuando comenzó el alambrado de este ullastre.

El alambrado en Bonsái, es como la pintura para un artista. Es la manera de plasmar en la realidad la idea que tienes en la cabeza, y si no sabes alambrar bien, es como si no sabes pintar, nunca conseguirás ver tu obra definida.

El dar forma a un árbol solo mediante poda, es como intentar pintar un cuadro con brocha gorda, se pierde el detalle.








Bueno, pues este es el resultado final, aunque de final no tiene nada, es solo el principio de lo que puede ser un gran árbol.

Ahora es cuestión de cultivo.

Hay que retirar el alambre en el momento adecuado para lograr el equilibrio entre que las ramas tomen la forma deseada, y no marcar la corteza.

Siempre es preferible retirarlo antes de tiempo, y volver a alambrar con alambre de mayor sección, o mas suelto, aunque el proceso sea más lento, que exponernos a daños que luego sean de difícil solución.Detalle del ápice


Madera muerta.

Hasta ahora, no se ha tratado para conseguir que continúe el proceso natural.

Una vez terminado de definir el jin del ápice, será el momento de tratarla para detener el proceso de degradado.

De momento, es de admiración la textura que ha adquirido.










Detalle del nebari y corteza










Vista desde el lateral derecho

















Vista desde el lateral izquierdo
















Vista trasera



















Y vista desde el frente.

Como dijo Alfredo en su momento, Precioso


















Bueno, espero que os haya gustado el trabajo de Alfredo tanto como a mi, porque el arbol vale la pena.

Con suerte podre ver su evolucion en el tiempo, y procurare teneros al dia actualizando las fotos.

Perdonad si algunas fotos no son lo claras que deberian ser, pero las condiciones de luz donde se hizo el trabajo no eran las mas adecuadas para una sesion fotografica, ya que la mezcla de luces y sombras era mas que dificultosa.

Aun asi, creo que ese mismo problema, contribuyo en gran parte a crear un ambiente algo mistico entorno a este acebuche, dando lugar a algunas fotos realmente vistosas.

Espero vuestros comentarios tanto del arbol, como del trabajo realizado, y porque no, de las fotos hechas por mi, para de ese modo seguir aprendiendo dia a dia.

Un saludo desde Mallorca

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